Adquirir hábitos no es una tarea fácil de lograr, por el contrario, toma tiempo, requiere motivación diaria e información que nos haga ser más conscientes sobre las repercusiones que ciertas acciones podrían tener en nuestra salud mental, física y emocional. No te daremos fórmulas mágicas pero sí conversaremos sobre la alimentación saludable y actividad física, dos conceptos que siempre deben ir de la mano para que podamos disfrutar de todos sus beneficios y celebrar cada día lo bien que nos vemos y nos sentimos.

¡Sigue leyendo y fomenta un estilo de vida saludable!
Fundamentos de una alimentación saludable consciente
Hay varios mitos que nos hacen dudar sobre el tener una alimentación saludable y consciente, pues, con frecuencia, nos encontramos con el pensamiento de que “comer sano es demasiado costoso”, sin embargo, este hábito no depende completamente de nuestro bolsillo, sino también de otros factores como la planificación de las comidas, la selección correcta de ingredientes y mercados, y nuestra habilidad en la cocina para realizar recetas bajas en grasas, azúcares y otros componentes que afecten el organismo.
El punto de partida para una alimentación saludable, sin duda alguna, es nuestra educación sobre nutrición y la toma de decisiones consciente, por eso te traemos algunos fundamentos básicos que debes priorizar si quieres incluir este hábito en tu vida.
Beneficios de una dieta equilibrada:
- Te mantiene activo y con la energía necesaria para tus días
- Mejora tu peso, reduciendo el riesgo de obesidad
- Promueve una mejor digestión
- Ayuda a controlar el azúcar y colesterol en el cuerpo
- Disminuye el riesgo de afecciones o enfermedades cardiovasculares
- Hay alimentos que promueven el funcionamiento cognitivo y evitan enfermedades degenerativas como el Alzhéimer
- Fomenta una piel saludable e hidratada
- Fortalece los huesos y músculos
Recuerda que muchos de nuestros procesos internos están conectados y, cuando aseguramos una alimentación balanceada, todos nuestros sistemas funcionarán en pro de increíbles beneficios y resultados.
Grupos de alimentos esenciales:

El balance es la clave para el óptimo funcionamiento de nuestro organismo, cuando aprendemos a clasificar los alimentos y los incluimos de manera correcta en nuestras comidas, ¡la vida comienza a cambiar para bien!
Te contamos cuáles son estos grupos de alimentos esenciales que debes priorizar en tus platos:
- Frutas y verduras: con un alto porcentaje en vitaminas, minerales, fibra, ácido fólico y propiedades antioxidantes que promueven un buen estado de salud, a nivel general.
- Proteínas: encontramos proteínas de origen animal como las carnes rojas, el pollo, pescado, los huevos; y proteínas de origen vegetal como legumbres, arroz, queso, etc.
- Panes y cereales: este grupo de alimentos tienen un alto contenido en carbohidratos, los cuales son esenciales para dar energía al cuerpo.
- Lácteos: son una gran fuente de hierro, zinc, calcio y vitaminas para el cuerpo, lo cual favorece procesos de desarrollo y fortalece los huesos, músculos y dientes.
- Aceites y azúcares: todo en su justa medida tiene beneficios, como es el caso de estos alimentos que también son esenciales en nuestros procesos internos.
Asegúrate de consultar con un especialista en nutrición y desarrollar un plan de alimentación saludable teniendo en cuenta tus necesidades específicas.
El poder de las porciones:
Aprender a porcionar los alimentos a la hora de consumirlos, es clave para disfrutar de una dieta saludable y balanceada. Cuando sabemos la cantidad de nutrientes que hay en cada uno de los ingredientes que, a diario consumimos, estamos asegurándonos de fortalecer cada uno de nuestros sistemas y, con esto, evitar déficits nutricionales.
Las porciones de alimentos podrán variar según la dieta establecida por el nutricionista o la hora del día.
Consejos prácticos para iniciar y persistir:
- Asegúrate de que en tus comidas siempre haya un ingrediente verde o que, en tus almuerzos, se incluya una ensalada.
- Revisa las etiquetas nutricionales de todo lo que compras en el supermercado y limita aquellos que tienen exceso de calorías, azúcares o grasas saturadas.
- Reduce, poco a poco, el consumo de gaseosas y bebidas azucaradas. Bebe más agua.
- ¡Cocina tú mismo! Nada como tener el control de los ingredientes y las porciones que consumes.
- Empieza a cocinar bajo en sal.
Incorpora estos consejos y hábitos en tu día a día y notarás cómo la alimentación ¡sí juega un papel fundamental en tu salud general!
Importancia de la actividad física
Por otro lado, estamos seguros de que una alimentación balanceada será aún más efectiva cuando nuestro segundo hábito más importante es la actividad física. Sabemos que todos podemos llegar a encontrar una actividad física con la que nos sintamos cómodos y podamos disfrutarla, entonces empieza por preguntarte qué es eso que más te gusta hacer para mantenerte activo: ¿salir a caminar? ¿una clase de baile? ¿practicar aeróbicos? ¿algún deporte? ¿ir al gym? ¡Puedes empezar de a poco!
Beneficios de la actividad física:
- Moverse tiene todos los beneficios que puedas imaginarte, ¡aquí los principales!
- Mejora el estado de ánimo
- Evita el riesgo de sufrir fracturas o lesiones ya que mejora el estado de nuestros músculos y huesos
- Tonifica nuestros músculos y controla el peso
- Promueve la salud cardiovascular
- Disminuye la presión arterial
- Ayuda a prevenir enfermedades respiratorias
- Mejora la función cognitiva
- Nos hace sentir cómodos con nuestro cuerpo, aumentando la autoestima
Tipos de actividad física:
Hay cuatro tipos de ejercicios que podemos realizar, según el portal web del National Institute on Aging (NIH)
- Ejercicios de resistencia: que mejoran la salud cardiovascular y respiratoria.
- Ejercicios de flexibilidad: prácticas como el yoga o pilates entran en esta categoría, mejorando la capacidad de movimiento y salud de los músculos.
- Ejercicios de equilibrio: son fundamentales para reducir el riesgo de caídas.
- Ejercicios de fortalecimiento: trabajo con pesas, flexiones, etc. Mejora el estado del cuerpo y previene lesiones.

Superando barreras:
No todos los días te vas a sentir con la misma energía para practicar tu actividad física favorita, ¡y es completamente natural! Implementar este hábito es un proceso que requiere disposición y motivación diaria, a la cual vas llegando poco a poco ¡sin tener que forzarlo!
Mantener una rutina regular, aumentando gradualmente el tiempo y la intensidad de los ejercicios, resultará favorecedor al momento de empezar con este hábito que sumará a tu vida todos los beneficios que ya te mencionamos anteriormente.
Además, recuerda la importancia del calentamiento físico antes y después de tus rutinas de ejercicio, así como mantener una buena hidratación.
Si en algún punto te sientes mareado, con falta de aire, o dolor en alguna parte del cuerpo, ¡no hay nada de malo en parar! Escuchar a tu cuerpo también es clave al momento de implementar una rutina de actividad física, tanto como lo es el análisis y la guía de un especialista.
Alimentación saludable y actividad física: Sinergia entre alimentación y ejercicio
No es posible una alimentación saludable sin actividad física, o viceversa, como hemos mencionado a lo largo de este artículo, si deseas mejorar tu calidad de vida en todos los aspectos, deberás tener muy en cuenta ambos hábitos en tus rutinas diarias y siempre es un buen momento para ser más consciente de ello y ¡empezar!
Cómo se complementan la alimentación saludable y la actividad física:
A través del ejercicio gastamos energía y quemamos calorías que deberíamos reponer con una alimentación balanceada para que, de esta manera, todo siga su curso natural. Recuerda que si unos de estos dos pilares está faltando en tus rutinas con más probabilidad podrás desarrollar alguna debilidad física o mental.
Y a estos dos hábitos, ¡sumémosle un tercero! El descanso. Ten muy presente la calidad de tu sueño, pues de ésta también dependerá tu estado de ánimo diario y salud general. Todos estos tres aspectos serán siempre complementarios, nunca independientes.
Pautas para optimizar el rendimiento:
- Recuerda moderar tus comidas antes de ir a entrenar, pues hacerlo con el estómago lleno puede afectar tu rendimiento. Come algo liviano entre 1 a 2 horas previas al ejercicio.
- Si tus entrenamientos, generalmente, toman más de 1 hora, podría ser necesario algún suplemento o preparación que te de energía. Consulta con un profesional de salud para decidirlo, según tu caso particular. En muchos casos, un batido natural o una fruta son el complemento perfecto.
- Mantente bien hidratado, ¡siempre!
- Ten una dieta balanceada que incluya proteínas, vitaminas esenciales, carbohidratos para que tu rendimiento sea óptimo.
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